viernes, 11 de septiembre de 2015

MI CONTRADICTORIA MAMÁ


-¡Estoy harta de mi mamá! Claro, ustedes dirán: que mal momento escogió esta niña para quejarse, pero es que… les voy a contar:
En primer lugar, y no estoy diciendo “primeramente” para que ella no me corrija, recuerdo claramente que todo empezó cuando yo estaba en su barriga: -Será un hermoso varón, será un hermoso varón - decía a cada rato, ¿se imaginan ustedes lo que yo sentía al ver que mis órganos masculinos no crecían, mientras ella insistía en imaginarme vestida de futbolista con suspensor y todo?, no, creo que no lo pueden imaginar.
Cuando nací, me llenó de besos, me sentía tan bien en sus brazos recibiendo sus caricias. Recuerdo con alegría tantas horas juntas y yo, pegadita a su pecho. ¡Ah, qué tiempos aquellos! Y yo pensaba que no me iba a querer por ser mujer, ¿no es contradictoria mi mamá?
Luego de haber dado tanto amor, me obliga a comer espinacas, zapallo y toda esa clase de menjunjes horribles a mi fino paladar; y eso no es todo, porque fue ahí, en ese momento cuando comienzan los verdaderos problemas:
¡Guarda tus juguetes, lávate los dientes, no camines sin zapatos y toda una lista de órdenes imposibles de obedecer! Pero luego de un terrible de un terrible día, ella me lleva a la cama y me contaba un cuento lleno de ternura, ¿no es contradictoria mi mamá?
Pero hoy, exactamente hoy, ¡que roche!, llegando a esta actuación, delante de todas mis amigas, me besó y me dijo:
-Muñeca, mi bebita, mi chiquita, arréglate el pelito. A ver, besito a mamá y mua, mua, mua Beso por aquí y beso por allá.
¡Señoras y señores, ¿tengo o no tengo razón?, ¿tengo o no tengo razón?!
Pero… cuando me acuerdo de ella, siento una cosa tan linda aquí en mi corazón que no importa como sea, lo importante es que la amo y le perdono toda contradicción.